La construcción de los estadios para acoger el Mundial de fútbol de 2022 se ha cobrado la vida de 400 trabajadores de nacionalidad asiática, según el informe de la ONG Comité de Coordinación para los Emigrantes Nepalíes. Las perspectivas señalan en cuando llegue la finalización de las obras habrán muerto 4.000 trabajadores.
El documento denuncia las precarias condiciones de seguridad de los operarios de la construcción. Los inmigrantes trabajan sometidos al sistema de la ‘kafala’, cada operario está vinculado a quien lo contrata. Se alojan en espacios insalubres sin posibilidad de aire acondicionado, con sistemas de alcantarillado desbordados, en algunos casos no disponen de agua corriente o suministro eléctrico.
El dominical “The Observer” (de la empresa “The Guardian“) informa del caso de Noka Bir Moktan de 23 años que falleció oficialmente por un “infarto cardíaco repentino”, sin embargo las fotografías del cadáver muestran que su pecho estaba hundido a causa de los malos tratos. La familia solicitó a un prestamista 175.000 rupias (1.300 euros) para pagar el viaje del joven. El empresario que patrocinaba al fallecido no realizó la devolución del dinero al prestamista, motivo por el cual los familiares temen que sus hijas de 14 y 16 años podrían ser enviadas a trabajar en los burdeles de Bombay como garantizaba el préstamo.
Desde que se designó a Qatar como sede del Mundial en 2010, más de un millar de trabajadores han sido ingresados por caídas en las obras. Amnistía Internacional denuncia las deficientes condiciones sanitarias y de seguridad para estos trabajadores, a los que en algunos casos no se les ofrece cascos de protección para desempeñar estas labores.
