El presidente americano, Barack Obama, recibió en la Casa Blanca al Dalai Lama pese a la advertencia de China de considerar “grave injerencia” la intromisión de Estados Unidos en los asuntos internos del país asiático, perjudicando de esta forma las relaciones entre las dos potencias.
Se desconocen los detalles del contenido del encuentro que ha tenido una duración de una hora. Estados Unidos considera la figura del maestro espiritual tibetano como “un líder religioso y cultural respetado internacionalmente”. Por su parte, la representante china Hua señala sobre él que “en nombre de la religión, lleva mucho tiempo dedicado a la causa del separatismo contra China”. Tras la segunda visita al presidente americano, Su Santidad el Dalai Lama proseguirá su ruta durante tres semanas por California y Minesota.
Estados Unidos no apoya la independencia tibetana pero acepta la vía intermedia que propone el maestro, “ni asimilación ni independencia”. La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., Caitlin Hayden, precisó que el país está “preocupado por las continuas tensiones y el deterioro de la situación de los derechos humanos en las áreas tibetanas de China”.
El aviso de la reunión se produce tras la intranquilidad de EE.UU. por la posición de China en relación a los derechos humanos y la libertad de expresión en las reclamaciones surgidas en el territorio chino oriental.
