La oxitocina, que es la hormona que segregamos cuando nos enamoramos vinculada con el afecto, el sexo, el parto y la lactancia; podría utilizarse para tratar la anorexia nerviosa según revela la investigación realizada en el Instituto de Psiquiatría del King’s College Londonor.
En la primer prueba se administró a 31 pacientes con anorexia y a 33 participantes sin el trastorno alimenticio, una dosis de oxitocina por medio de un aerosol nasal o en su lugar un placebo. A continuación, se les mostraron imágenes de productos alimenticios con escasas o abundantes calorías; cuerpos delgados y gruesos; y el peso en una escala desigual. Publicado los resultados en Psychoneuroendocrinology, tras ingerir la oxitocina los pacientes con anorexia disminuyeron su atención hacia las imágenes de alimentos y partes del cuerpo gruesos.
En la siguiente demostración se evaluaron las reacciones en cuanto a las expresiones faciales como la ira, el asco o la felicidad. Tras la dosis de la hormona, los pacientes con anorexia disminuían su interés en los rostros de enfado o ira.
El profesor de los experimentos, Youl-Ri Kim, argumenta que con la oxitocina “se reducen las tendencias inconscientes de los pacientes a centrarse en los alimentos, la forma del cuerpo y las emociones negativas”, causantes de los problemas relacionados con las dietas, los cuerpos y los problemas sociales. La salud mental se considera una de las principales causas de los fallecimientos en el trastorno de la anorexia.