En tan solo 2 años al menos 15.500 fetos no nacidos por abortos y nacimientos fallidos han sido quemados por los 27 hospitales del Servicio Nacional de Salud como desechos, según ha revelado una investigación del canal británico de televisión ‘Channel 4’. De ellos, unos miles fueron incinerados en las plantas que convierten los residuos en energía utilizada para la calefacción de los hospitales.
La investigación reveló además que los padres no fueron consultados sobre su voluntad con respeto a los niños no nacidos. El hospital Addenbrooke en Cambridge llegó a decir a los padres que sus niños fueron incinerados en crematorios, aunque en realidad los incineraba como residuos. Otro hospital que cuenta con una planta para convertir los residuos en energía, el Hospital Ipswich, en realidad incineraba a los niños en crematorios, pero al mismo tiempo quemaba junto con los desechos médicos a los niños llevados de otros hospitales que no cuentan con sus propias plantas.
Dicha práctica provocó mucha indignación en el Reino Unido, lo que ha obligado al Departamento de Salud a prohibirla completamente argumentando que es “totalmente inaceptable “, según cita al ministro de Salud, Dan Poulter, el diario ‘The Telegraph’.