En la parte inferior de la lápida puede leerse “La concordia fue posible“, inscripción que hace alusión al primer presidente de la Democracia española, Adolfo Suárez, que reposa junto a los restos de su mujer, Amparo Illana, en la Catedral de Ávila tras fallecer el domingo a los 81 años.
Con este propósito se cumple el deseo del expresidente de ser enterrado en la seo abulense, al poco tiempo de fallecer su mujer, víctima de un cáncer de mama en el 2001. Su petición fue remitida por carta al Cabildo de la Catedral y Obispo de Ávila. Se aprobó la propuesta al cumplirse los dos requisitos exigidos, ser una personalidad de especial relevancia pública y haber expresado públicamente su condición de creyente, así como profesado la fe católica.
La ciudad de Ávila amaneció con un destacado dispositivo policial que protegían los exteriores del templo ante la llegada de la comitiva fúnebre, prevista a las 13:00 horas. Los abulenses colgaron en las ventanas banderas de España con crespones negros en señal de luto.
Durante estos días, la capilla ardiente de Adolfo Suárez ha recibido más de 30.000 visitas entre personalidades del ámbito de la política y ciudadanos anónimos. Los congregados se aproximaron hasta las Cortes Generales para expresar su último adiós al expresidente que asentó las bases de la Democracia en España tras el periodo de la dictadura franquista.