A menos de dos meses para que acabe el rescate de Portugal, en el país se produce un vivo debate sobre qué hacer con la deuda. 70 personalidades de distintos ámbitos e ideologías firman un manifiesto en el que piden que se aplacen o cancelen los pagos.
La deuda portuguesa se acerca al 130% del PIB y, aunque los firmantes- desde la izquierda a la derecha- tienen posiciones diversas sobre cómo responder a la crisis, comparten la preocupación por la deuda, que consideran insostenible. Ante ella, apuestan por una reestructuración responsable en el ámbito de la Unión Económica y Monetaria, que debe darse también en otros países.
“No es posible pagarla en las condiciones actuales. Y el país va a quedar más pobre, y no solo desde el punto de vista financiero, pobre por perder población, por perder trabajadores cualificados, por perder cohesión territorial y cohesión social “, afirma un antiguo líder del sindicato CGTP.
“El manifiesto es un conjunto de ideas que podrían transformar de la mejor manera la situación en la que vivimos, pero es lo que no quieren. Ellos quieren que el dinero vaya todo para la Troika y de la Troika caiga algo a su bolsillo, nada más” señala, ni más ni menos, que el ex primer ministro y ex presidente de Portugal, Mario Soares. Los firmantes proponen una bajada significativa de los tipos medios de interés de la deuda y un alargamiento de los plazos para pagarla, de 40 años o más.