Con la crisis, la sociedad apuesta cada vez más por el auge de compartir el trayecto en automóvil hacia un destino en común, sin embargo no es una propuesta aceptada por la mayoría.
El propietario de la línea de autobuses de Zamora a Salamanca, ante la pérdida de clientela, ha denunciado a la plataforma online Blablacar. La medida se ha logrado con la colaboración de la patronal de autobuses Fenebús. Su director José Luis Pertierra, ha declarado que “hemos pedido su cierre porque no tiene cobertura jurídica y por competencia desleal. Como es alegal, no se le exige ninguna responsabilidad y no ofrece ninguna garantía a los usuarios ante accidentes, robos y otras incidencias posibles”.
La iniciativa Blablacar bajo la denominación de consumo colaborativo, opera sin normativas nacionales, ni europeas, que regulen su actividad. Por su parte, el Director General de Blablacar para España y Portugal, Vincent Rosso, explica que operan “como un tablón de anuncios, limitándose a poner en contacto a personas con intereses comunes, por lo que no se nos puede considerar nada parecido a una empresa de transporte público”.
Pasando fronteras, en septiembre del año pasado en California se aprobó la primera regulación mundial para la movilidad compartida tras estar prohibida por el gremio de taxistas. El texto establece que los conductores acrediten que no disponen de antecedentes penales, se regulen las inspecciones en los vehículos y exista un seguro determinado para los pasajeros en caso de accidentes.
En algunas páginas, las plataformas están obteniendo beneficio de su actividad. Blablacar en Francia cobra una comisión del 10% a los pasajeros que contacten con un conductor por medio de esta web. En breves, tiene previsto imitar el sistema de cobro en España.