La humanidad posee ciertas tendencias innatas en el aprendizaje del lenguaje, al preferir un tipo de sílabas frente a otras a los escasos días de vida. Un grupo internacional de investigadores, observó que los cerebros de los bebés funcionan con mejores resultados cuando escuchan construcciones silábicas más comunes que cuando estas son extrañas.
El proyecto publicado en PNAS, quería determinar si las estructuras que empleamos en sílabas han sido moldeadas por procesos de la cultura o por limitaciones lingüísticas innatas. Para comprobarlo, emplearon la espectroscopía del infrarrojo cercano, es decir motorizaron la actividad cerebral de más de 70 recién nacidos de entre dos y cinco días de vida, que escuchaban varios tipos de sílabas para procesar el lenguaje.
El autor del estudio de la Universidad de Chile, David M. Gómez, declara que existen “construcciones como blif que resultan ser más numerosas que otras como bdif y lbif. El procesamiento cerebral tienen que ver con una mayor eficacia al escuchar fonemas como los primeros”.
Los autores afirman que existe un patrón de construcción silábica universal regido por el Sonority Sequencing Principle, que describe la estructura de las sílabas en términos de sonoridad. La idea reabre un gran debate sobre si existe una base de conocimiento lingüístico que sea común e innata a los seres humanos.