Congregados de diversos puntos gallegos, los representantes vecinales se unirán a la disconformidad de los vecinos de Puxín en un encierro de varias horas, por la problemática vinculada al suministro de agua potable y reclamar la reducción del precio del servicio, tras modificar su gestión de una empresa privada al gobierno municipal.
El encierro vecinal en el salón de la Casa consistorial, con una duración de diez días, comenzó tras un pleno en el que los cuatro ediles del PP rechazaron por mayoría, reducir las tasas del agua. Al llegar a los 15 días, los representantes de la Confederación Gallega de Asociaciones de Vecinos (Cogave) enviarán escritos a las administraciones públicas para conseguir una solución.
Tras las analíticas del estado del agua a cargo de la empresa Aquagest, el portavoz de Cogave, Antonio Paredes, ha explicado que “es evidente la insensatez de ese Ayuntamiento que permitió que sus vecinos consumieran agua contaminada sin decirles nada”. El representante de la confederación vecinal gallega, añadió que “ese alcalde está incapacitado y en este momento, es como un padre de familia que deja tirados a los suyos, por ocultar esa información sobre la contaminación natural con arsénico”.
Un informe encargado por los vecinos a fuentes expertas, señalan que el coste real del servicio no supera los 50.000 euros, mientras que el Ayuntamiento entregó a la comisión informes con valoraciones diversas, estimando el último de ellos en 78.000 euros.
