Un condenado por abusar de su sobrina en 2012, vive frente al domicilio de la menor de 11 años, en la barriada del Torrejón (Huelva). El acusado J.V.C., acumula penas por quebrantamiento de la orden de alejamiento hacia la víctima.
Debido al colapso en la justicia, el agresor permanece en libertad, encontrándose a diario con los familiares y con la menor por la ciudad. La abogada de la víctima, María Teresa Largo, ha declarado que “existe una sentencia firme que fue de conformidad por abusos sexuales a la menor. Ha incumplido la orden de alejamiento en dos ocasiones y hay tres diligencias nuevas en fase de instrucción por nuevos quebrantamientos“. Debido a que la condena no se ejecuta, las infracciones no se consideran como antecedentes.
El hombre, que confirmó que habían existido abusos sexuales, debido a la confianza depositada en él por parte de los familiares fue condenado a dos años de prisión y a libertad vigilada durante seis años siguientes al cumplimiento de la pena de prisión. La abogada añade además, que “no ha indemnizado a la víctima y no ha abonado las costas judiciales“, destacando que sucesos de esta índole se deben al retraso en el cumplimiento de la ejecutoria, pues este hombre “debería entrar en prisión, entre otras cosas, porque sigue delinquiendo“.