Todo empezó cuando obligó a frenar de forma brusca a una patrulla de la Policía Nacional que iba por la calle Arquitecto Antonio Palacios. Un joven de 24 años en un BMW se había saltado el semáforo y conducía a gran velocidad hacia la Estación de Autobuses tras incorporarse de manera brusca desde la avenida de Castrelos a la misma calle por la que iban los agentes.
Cuando le dieron el alto, el conductor aceleró y al llegar a la altura de la salida a Castrelos cambió de vía dando bandazos contra las protecciones laterales de la carretera, subiéndose a la rotonda del Camiño Freixeiro y chocando contra un coche que estaba en ese momento circulando por allí.
Lejos de pararse, el joven continuó la marcha otros 100 metros, hasta que la Policía le interceptó el paso con un coche patrulla. El joven se negaba a salir del coche y, al hacerle la prueba de alcoholemia, cuadriplicaba la tasa permitida. El coche, con numerosos daños, fue trasladado al Depósito Municipal y el detenido a disposición del Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo.