Desde hace 3 años, el balance de la guerra civil Siria ha contabilizado 162.000 muertes, del conjunto 54.000 bajas pertenecen a la población civil, según los datos ofrecidos por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH). De la masacre, miles de ciudadanos se encuentran desaparecidos, tras su captura por las fuerzas del presidente Bashar al-Assad, o por los rebeldes que aspiran a su derrocamiento y cuyas pérdidas humanas alcanzan las 62.800 personas.
El informe no incluye los 18.000 detenidos por las autoridades, cuyo paradero es desconocido. Se añade la desaparición de 8.000 soldados de Al Assaad, capturados por las fuerzas rebeldes. La cifra de secuestrados aumenta hasta los 1.500 combatientes en los diversos grupos opositores.
Hace tres meses, fracasaron los intentos en las reuniones de paz de Ginebra para alcanzar soluciones al conflicto. La dimisión del mediador internacional, Lakhdar Brahimi, se efectuará a finales de mayo. La fuerza de Al Assad se presenta con la mayoría de votos, para conseguir nuevamente el poder en las elecciones el 3 de junio.
