Rafael Ricardi, encarcelado durante trece años por una violación que no había cometido, ha muerto en su casa de la localidad gaditana de El Puerto de Santa María.
El cadáver fue hallado por su hijo, que lo encontró muerto en la cama sobre las 9 de la noche del martes, después de ir a despertarlo al extrañarse que no se hubiera levantado aún de la siesta, informa el Diario de Cádiz.
Rafael Ricardi fue liberado en 2008 tras un largo litigio, y había conseguido rehacer después de pasar 13 años en prisión, estableciéndose como hostelero. Ricardi fue detenido en 1998 por la declaración de una de las víctimas de la oleada de violaciones que se había venido en la comarca de la Bahía de Cádiz desde 1995, y condenado a 18 años de prisión.
Posteriormente, se descubriría que el verdadero violador era otra persona, un vecino de Jerez, algo mayor que Ricardi. Un análisis de ADN demostró que Rafael Ricardi era inocente. Por este ‘error’ el Estado pagó a este hombre una indemnización de algo más de 550.000 €.