Condenas de 18 años de prisión para cada uno de los progenitores de Asunta; la madre, Rosario Porto y el padre, Alfonso Basterra, como “responsables en concepto de coautores” de un delito de asesinato y se añade de agravante la “circunstancia mixta de parentesco“, según el escrito de la Fiscalía. La condena reclamada por la acusación popular se eleva a los 20 años, por parte de la Asociación Clara Campoamor.
El Ministerio Público expone que los acusados acordaron “suministrar a su hija de forma continuada un medicamento que contiene lorazepam“, que provoca sueño y sedación. El fiscal, Jorge Fernández de Aránguiz, alega que se trata en “ejecución de un plan acordado“, señalando que el padre de la menor retiró de la farmacia “comprimidos de Orfidal” suministrados a la menor que no padecía ninguna dolencia, quien “no pudo defenderse de modo efectivo porque estaba bajo el efecto del medicamento que con ese fin le había suministrado“.
En base a las investigaciones, el Ministerio Público señala que los padres planificaron asesinar a la niña “suministrando una cantidad del medicamento indicado necesariamente tóxica para posteriormente, cuando hiciera efecto, asfixiarla“. Posteriormente, la ataron por los brazos y los tobillos, “trasladando a la menor a la cuneta de una pista forestal del lugar de Feros (Teo) que dista de la casa unos 4 kilómetros“, declara el fiscal, siendo localizada pasada la una de la madrugada el 22 de septiembre de 2013.