Dimitir está muy bien, pero hacerlo en estas condiciones tiene trampa. Y es que la ex consejera de la Junta de Andalucía y ex ministra de Fomento con el presidente Zapatero, Magdalena Álvarez, que renunció a su puesto como vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) se va de la entidad con una ‘indemnización’ de 10.000 € mensuales (alrededor de 1.670.000 de las desaparecidas pesetas) hasta que cumpla 65 años- tiene 62- y, después, una pensión vitalicia de 4.000 € al mes (800.000 pesetas).
Eso es no es todo, Magdalena, que está imputada en el caso de los ERE de Andalucía, y que ha acusado al Gobierno de forzar su dimisión del Banco Europeo de Inversiones, podrá sumar esos 4.000 € mensuales a las cantidades que reciba en España por los cargos que ocupó con anterioridad –en su caso ex consejera y ex ministra-.
Todas estas cantidades están reguladas legalmente, en el caso del Banco Europeo, en su normativa interna en la que se indica que al renunciar a su cargo, evitando un proceso de destitución, Álvarez tiene derecho a acogerse a los privilegios de los ex altos cargos europeos, y en su caso, recibirá las mismas cantidades que un ex presidente de la Comisión Europea.