A lo mejor la solución para mejorar el rendimiento del Ferrari- al menos del de Fernando Alonso, porque Raikkonen más que otra cosa lleva un año arrastrándose por las pistas de todo el mundo- era procurar que el asturiano saliese desde el culo de la parrilla.
Eso es lo que ha parecido en el Gran Premio de Gran Bretaña en el cual Alonso ha dejado de ser el piloto que no ha arriesgado en las últimas carreras para conservar el cuarto, el quinto o el sexto puesto, y se ha parecido a sí mismo, subiendo 11 puestos durante la carrera con adelantamientos a la mitad de sus competidores y aguantando a sujetos tan peligrosos y con mejores coche que él, como Vettel– que por muchas quejas por la radio, tuvo que ganarse el puesto en la pista y dejarse de historias-
Por delante no ha habido otra sorpresa que el abandono de Rosberg- el primero del año- lo cual ha dejado el camino libre a Hamilton delante de sus compatriotas, lo cual ha desatado el entusiasmo de los británicos, que ya empezaron a jalear a su piloto cuando Rosberg tuvo que echarse a un lado de la pista tras los problemas en el cambio.
Por detrás de Hamilton ha llegado un magnífico Bottas por delante de Ricciardo que poco más y llega con el cuero de las ruedas.
