Mintió cuando puso en marcha la operación ‘Margen Protector’ asegurando que tres jóvenes israelíes habían sido asesinados por orden de las autoridades palestinas y este sábado ha vuelto hacerlo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que hace unos días había asegurado que las operaciones militares- en las que el Ejército de Israel ha matado a más de 1.600 personas, al menos 1.350 civiles, incluidos, según datos de UNICEF, 296 niños, de ellos 203 menores de 12 años– tenían como objetivo principal destruir los túneles que Hamas había construido para entrar en su país, ahora dice, pese a que reconoce que todos ellos han sido cerrados, que seguirá bombardeando Gaza.
Netanyahu- cuyas acciones, apoyadas y secundadas por Estados Unidos han sido calificadas por Naciones Unidas como crímenes de guerra- ha declarado al diario ‘Haaretz’, “conseguiremos nuestro objetivo. No importa el tiempo que haga falta”.
Para ello cuenta con el respaldo del Nobel de la Paz Barack Obama y por el silencio de los gobiernos occidentales, incluidos los de la Unión Europea, el de España entre ellos que únicamente condenan y reprueban la matanza de civiles, de mujeres, niños y ancianos cuando son habitantes de un país aliado o del que pueden sacar alguna clase de rendimiento económico o político.