Al menos 23 palestinos han fallecido en la madrugada de este domingo en la Franja de Gaza a causa de los continuados ataques del Ejército israelí contra la ciudad. El ataque más sangriento ha tenido lugar en la localidad de Rafá, donde, según diferentes informaciones, han muerto 15 civiles a causa de un bombardeo, que ha causado además varias decenas de heridos.
Desde el 8 de julio, cuando se inició la operación ‘Margen Protector’, el Ejército de Israel- con el apoyo de los Estados Unidos- ha matado a 1.730 personas, la inmensa mayoría civiles, incluidos más de 200 niños menores de 12 años y otro número similar entre esa edad y los 16 años. El número de heridos se acercaría a los 9.200.
Por otra parte, han muerto 63 soldados y dos civiles israelíes a causa del impacto de un cohete, así como un ciudadano de nacionalidad tailandesa. La muerte de todos los soldados israelíes se ha producido después de la decisión tomada el 17 de julio por el Gobierno israelí de iniciar una operación terrestre contra el enclave.
Este nuevo bombardeo responde al anuncio del primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, de que Israel seguiría con los ataques a Gaza a pesar de que se han destruido la mayoría de los túneles construidos por Hamas para llegar a territorio israelí. Además, a las mentiras anteriores- como acusar a responsables palestinos de matar a tres jóvenes judíos y a la de finalizar las acciones armadas tras acabar con los túneles- Netanyahu ha sumado otra más: la de afirmar que un soldado israelí, Hadar Goldin, de 23 años, miembro de la Brigada Givati y oriundo de la población de Kfar Saba, estaba en poder de brigadas palestinas. El propio ejército negó tal versión y reconoció este sábado que había muerto durante las operaciones en Gaza.
Pese a ello, fuentes cercanas al primer ministro han reiterado que “no vamos a hablar más de un alto el fuego”, sino que “velaremos por nuestros intereses” y seguirán los ataques para destruir la infraestructura de las milicias palestinas.
