Durante el año pasado, fueron ejecutadas en China 2.400 personas, lo que hace de aquel país el de mayor cantidad de reos condenados a la pena capital.
Según la Fundación Dui Hua, organización en defensa de los Derechos Humanos en EEUU, la cifra supone una caída considerable respeto a las 12.000 ejecuciones en 2002, y las 24.000 muertes en 1983, con la campaña de limpieza de, Deng Xiaoping.
En 2014, el número podría verse incrementado por los protestantes en la región musulmana de Xinjiang, que muestran su disconformidad con el poder actual del estado, siendo condenados por actos terroristas. Las ejecuciones en China pueden deberse por delitos de robos y crímenes, así como corrupción o por tráfico de drogas.