Con lágrimas en los ojos y tras algo menos de hora y media de concierto, Joaquín Sabina, que cantaba en el Palacio de los Deportes de Madrid- en el primero de las dos actuaciones previstas en la capital- se ha ido del escenario. “Me siento muy mal”, dijo antes de irse de escena y pedir disculpas a las 10.000 personas que abarrotaban el local.
Según varios tweets, Sabina, que en febrero cumplirá 66 años, habría afirmado antes de suprimir los bises, que tenía un “Pastora Soler”, lo que significaría que se trataría de un ataque de pánico escénico, que es lo que ha llevado a Soler a dejar su actividad recientemente.