En un comunicado, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, dimite de su puesto alegando “motivos personales”, según fuentes oficiales de la institución. Su nuevo destino, el regreso a su puesto en el Tribunal Constitucional, donde estuvo antes que el gobierno popular le asignara como fiscal general del Estado, aproximadamente hace 3 años.
La posibilidad de renuncia inmediata se incrementó, después de que el fiscal retirará sin motivos destacados, dos nombramientos importantes del orden del día del Consejo Fiscal, vinculados con el fiscal jefe del Tribunal Constitucional y con la Inspección Fiscal, en la tarde de ayer. Desde hace meses, se conocían los desencuentros con el equipo de Justicia.
A finales de noviembre, Torres-Dulce indicó en el Congreso, “Si tengo que sostener una posición contraria al Gobierno, la sostengo”. Asimismo, afirmaba, “No se me puede decir que sea un fiscal proclive al Gobierno cuando investigo a Bárcenas y solicito prisión para él“. El próximo 8 de enero, la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, se reunirá para valorar al posible sucesor.