Las dos jóvenes, investigadas en relación a la muerte de Carla Díez Magnien, que se quitó la vida en Gijón el 11 de abril de 2013, han aceptado, cada una de ellas y con la conformidad de todas las partes, la realización de tareas socioeducativas durante cuatro meses orientadas a “mejorar la empatía, mejora del control de impulsos y asunción de las consecuencias de sus actos”.
El escrito de calificación de conformidad, elaborado por el Fiscal coordinador de Menores, fue ratificado este martes en el Juzgado de Menores por las dos chicas expedientadas, sus representantes legales, las defensas y la acusación particular.
El escrito suscrito por todas las partes refleja que la menor Carla Díaz Magnien, de 14 años, estudiante en el colegio Santo Ángel de la Guarda de Gijón, a finales del año 2012 comenzó a sufrir el acoso de sus compañeros de clase.
El ‘bullying’ o acoso de los alumnos del centro creció en intensidad en el primer trimestre de 2013, siendo varias las chicas que, ante la indiferencia de la mayoría de los demás alumnos, aprovechaban los momentos del recreo escolar para mofarse reiteradamente de Carla. Entre sus acosadoras, las que lo hacían con mayor frecuencia, y en ocasiones incitaban a otras alumnas a secundarlas, eran las dos menores expedientadas, junto con otra alumna que entonces tenía 13 años.
Éstas, “cuando estaban ociosas o por simple diversión”, se dirigían a Carla para meterse con ella, llamándola “bollera” o “virola”; en al menos dos ocasiones en el mes de febrero de 2013 la siguieron hasta el baño, obligándola una vez a encerrarse en el retrete para esconderse de ellas y arrojándole agua por encima de la puerta.
Carla llegó a pedir a su hermana que fuera a buscarla a la salida del centro para protegerla, mientras sus acosadores trasladaban sus insultos también a las redes sociales.