El primer ministro griego se ha comprometido este jueves a “poner fin de una vez por todas” a las políticas de austeridad de la Unión Europea y a negociar con firmeza un nuevo acuerdo para Grecia.
“Grecia ya no aceptará más órdenes, especialmente órdenes recibidas por correo electrónico”, ha enfatizado Alexis Tsipras, en el Parlamento, después de una ‘mini gira’ por varias capitales europeas.
El primer ministro ha contestado, así a la canciller Merkel y al presidente del Banco Central Europeo (BCE)- nombrado por ella- Mario Draghi, quien este miércoles había anunciado que el BCE había decidido dejar de aceptar como garantía la deuda de Grecia en sus operaciones de liquidez, al considerar que “en estos momentos no es posible asumir que la evaluación del plan de rescate del país vaya a finalizar con éxito”, abocando a los bancos griegos a financiarse a través de la línea de liquidez de emergencia facilitada por el banco central nacional.
Tsipras ha recalcado que su Gobierno no dará marcha atrás en sus promesas y que los votantes no se dejarán engañar de nuevo, contestando al intento de ‘golpe’ de la jefa del Gobierno alemán.
En los mismos términos se ha manifestado el ministro de Economía griego tras entrevistarse con el ministro de Finanzas alemán. Mientras Wolfgang Schaeuble, que tiene tendencia a arrogarse atribuciones de representación sobre todos los gobiernos de la Unión Europea, pese a no haber sido elegido por los ciudadanos, afirmo tras la reunión que el el único acuerdo fue “que no estamos de acuerdo”, Yanis Varoufakis, no tardó en corregirle, “no se ha llegado a ningún acuerdo, ni tan siquiera en estar en desacuerdo”.
Varoufakis señaló, públicamente, a Schaeuble que “Grecia no quiere un nuevo rescate, quiere un nuevo contrato” y declaro que “ninguna otra nación puede comprender la situación en Grecia mejor que Alemania“, recordando el ascenso del nazismo en su país, donde Amanecer Dorado es el tercer partido más votado, y advirtiendo de la importancia de evitar “una depresión como las de los años 30 que divida a Europa”, con lo cual recordaba a implícitamente a Alemania que tras la II Guerra Mundial se le condonó el 62% de su deuda y se le permitió pagar el resto en ‘cómodos plazos’ que se dilataron 57 años, desde 1953 hasta el año 2010.
El ministro griego indicó que únicamente pedía “un poco de tiempo”, para preparar un plan que permita solucionar la crisis en Grecia y en Europa, y resaltó la importancia de alcanzar “un acuerdo puente” hasta mayo mientras se trabaja en plantear “un nuevo contrato”.