Esther Passaris, una emprendedora keniana de 48 años, ideó esta iniciativa hace más de 10 años, ¿qué pretende con ella? algo tan sencillo como lograr que haya luz en los barrios de chabolas de Nairobi con el fin de acabar con las violaciones en las calles más pobladas de la capital de Kenia.
En ellas, cuando se hace de noche, la oscuridad llega el peligro a una ciudad en la que las farolas son un bien escaso, más aún en un país que no puede permitirse ampliar la instalación eléctrica a estos barrios-en especial el de Kiberia, la mayor concentración chabolista de África- en los que viven más de 3,5 millones de personas, casi el 60% de los habitantes de la capital.
Cárteles con el lema ‘Adóptame’ cuelgan de las pocas farolas que hay en la ciudad, para animar a compañías que inviertan en luz a cambio de publicidad. Esther Passaris, ha conseguido atraer a grandes bancos y empresas…pero aún queda muchísimo por hacer.
La idea, ahora, son pocas farolas pero que den mucha luz, por ello las farolas se instalan a 30 metros de altura de manera que cada una de ellas pueda iluminar una superficie de 90.000 metros cuadrados- más de 7.000 viviendas-.
Para quienes quieran invertir en este proyecto, cada una de estas enormes ‘farolas’ cuesta 35.000 €- una inversión que parece menor considerando que con 5.000 € se lleva seguridad a cada una de las casas a las que ilumina, y que se hace aún más pequeña teniendo en cuenta que con apenas 1 € sería posible ayudar a que una persona viviese más segura-.