Esperanza Soliño, la vecina de Cangas que faltaba de su casa desde el pasado día 10 de febrero, se ha puesto en contacto con su familia para comunicarles que se había ido a vivir a Oporto, con el padre de sus dos hijos.
El mismo día de su desaparición ésta había sido denunciada por los familiares en el cuartel de la Guardia Civil afirmando que podría deberse a problemas personales.