Esta vez no hubo sorpresa, ni estrategias, ni lluvia, ni historias con los neumáticos, y Lewis Hamilton (Mercedes) se ha hecho con la victoria en el Gran Premio de China, tercera prueba del Mundial de Fórmula 1 disputada en el circuito de Shanghái. Amilton no solo se llevó la vistoria, sino que hizo un ‘fin de semana perfecto’, puesto que, además, se apuntó los mejores tiempos en todos los libres, la ‘pole’ y la vuelta rápida: imposible pedir más.
El segundo puesto fue para su compañero de equipo, Nico Rosberg y, ya muy lejos, no tanto como la temporada pasada, pero casi, los Ferrari, el de Vettel-que subió por tercera vez al cajón esta temporada-y de Kimi Raikkonen.
La prueba, que acabó con el coche de seguridad en pista, después de que al holandés Max Verstappen (Toro Rosso) se le rompiese el motor a tres vueltas del final, sirvió para que McLaren lograse el objetivo que se había marcado Fernando Alonso: que los dos coches acabasen la prueba. Y aunque les fue de pena y acabaron doblados, el resultado no fue desastroso: Alonso llegó en el puesto 12 y Button en el 13, después de tocarse con Pastor Maldonado-que una vez más no acabó-.
Los otros dos españoles en pista también llegaron hasta el final: Carlos Sainz (Toro Rosso), entró décimocuarto y Roberto Merhi (Manor) y decimosexto.
La siguiente prueba, dentro de una semana, será el Gran Premio de Baréin en el que, según declaró Fernando Alonso al final de la carrera de hoy, no va a haber grandes cambios en McLaren, “no hay tiempo, en cuatro días salimos de nuevo a la pista”, aunque sí recalcó que “el que Button y yo hayamos acabado, los dos, la carrera hoy, nos da mucha información que nos servirá para ir mejorando el coche”. Si es así, aún es posible que se cumpla lo anunciado por Ron Dennis y las mejoras importantes estén ya instaladas para correr en Barcelona.
