Trabajadores y familiares de pacientes del Hospital Nicolás Peña se juntaron desde las 9 y media de la noche de este jueves en un ‘velatorio’, celebrado en la puerta principal del mismo, en Camelias, para denunciar la intención del Servizo Galego de Saúde (Sergas) de cerrar el centro.
El primer paso, advierten, es el cierre, del 16 al 30 de julio, que implicará que de las 117 camas del mismo sólo estarán operativas las 30 de Salud mental. Los trabajadores temen que ese cierre del mes que viene dé paso a la clausura definitiva de la Unidad de Cuidados Paliativos- donde están ingresados pacientes crónicos, la mayoría de edad muy avanzada, que necesitan ser atendidos por personal especializado–además de la eliminación de las camas de aislamiento para posibles casos de tuberculosis.
Si ello se confirmase, de las 117 camas actuales del centro quedarían operativas, 60, las destinadas a la Unidad de Agudos Psiquiátricos. A ello se suma, avisan, el cierre definitivo del servicio de cocina del hospital, que pasará a centralizarse en el nuevo ‘Álvaro Cunqueiro’.
El temor del personal se fundamenta, además, en otras dos circunstancias: la última vez que hubo un cierre de camas durante el período veraniego éstas no volvieron a estar operativas, de nuevo, hasta mitad de diciembre; en segundo lugar, el traslado al nuevo hospital, que deberá completarse antes durante el verano, lo cual supondría la clausura de, al menos, parte del Nicolás Peña puesto que, como declaró el gerente del Área Sanitaria de Vigo, Félix Ruibal, los pacientes del Nicolás Peña se trasladarán en verano a la planta 7º del Meixoeiro y que en esta misma planta estará también la ubicación definitiva de la Unidad de Cuidados Paliativos, que se trasladará, definitivamente, el día 24 de agosto.