Lo de ‘Liberté, égalité, fraternité’ (‘Libertad, Igualdad, Fraternidad’) no es una prioridad para el Gobierno francés, que parece más preocupado en agradar a Estados Unidos que en cuidar su característica independencia. Ello explica porqué Francia ha denegado la petición de asilo a Julian Assange. El Elíseo, sede de la Presidencia de la Republica, afirma, como explicación, que la actual situación de Assange, refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres, “no representa un peligro inmediato”, y subraya que sobre él pesa una orden europea de detención.
El fundador de Wikileaks-que ha recibido decenas de condecoraciones, además de varias nominaciones al Premio Nobel de la Paz- de 44 años, indicaba en su solicitud de asilo que es “un periodista perseguido y amenazado de muerte por Estados Unidos”, por sus actividades profesionales y recuerda que no está acusado de ningún “crimen o delito en ningún lugar del mundo, incluido en Suecia y en el Reino Unido”.
Assange, se reafirma en lo declarado hace unos meses: es víctima de “una persecución política de una envergadura inédita” que incluye amenazas de asesinato, de secuestro, de encarcelamiento, campañas de difamación o acoso que le afectan a él mismo, a su entorno y a su organización.
“Se han lanzado esas acciones contra mí porque un día decidí no callarme y revelar pruebas de la comisión de crímenes de guerra contra la humanidad”, subrayó. La carta, que publica el diario “Le Monde”, ha sido enviada al Elíseo tras la reciente publicación a través de WikiLeaks de varios documentos secretos de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) que demuestran que Washington espió a los tres últimos presidentes franceses al menos entre 2006 y 2009.
“Dispongo de 5,5 metros cuadrados para mi uso privado. Las autoridades británicas me han prohibido el acceso a la luz solar y al aire libre, así como toda posibilidad de ir al hospital”, comenta Assange, según el cual la embajada, fuertemente vigilada, le ha impedido tener “la mínima vida familiar o íntima”.