El nuevo hospital de Vigo, que el presidente del Gobierno de Galicia y su conselleira de Sanidade han calificado, numerosas veces, como un referente dentro y fuera del Estado, no tiene ni equipamiento para hacer resonancias, ni para hacer Tac ni, como se ha denunciado reiteradamente, laboratorio central- que temporalmente se ubicará en la torre del Xeral, hasta que se acaben las obras del mismo, que aún no están concluidas, en el Meixoeiro, a varios kilómetros del Álvaro Cunqueiro-.
Las resonancias se harán, al menos hasta octubre, como ha confirmado el gerente del Área Sanitaria de Vigo, en este camión que se aparca en el exterior de este centro en el que se han invertido entre los 500 y 1.200 millones de euros-.
Cada vez que a un paciente haya que hacerle una resonancia, habrá que llevarlo al camión y, por si ello fuese poco, el pasado día 1, la compra del mismo no está ni tramitada por el Servicio Galego de Saúde (Sergas).
Eso sí, un enfermo tratado o ingresado en este hospital, y su familia, tienen que pagar por todo: si tiene que llegar hasta el mismo desde alguna parte de Vigo- ya no digamos desde fuera de la ciudad- que no tenga una línea directa de bus, la ida y vuelta a casa le saldrá por 5,2 € diarios, 1,86 € la hora de parking; tomar un café en el centro cuesta 1,2 € y escuchar la radio, 1,20 € al día, si opta por un ‘bono’ de dos días para televisión, radio e Internet, 13,3 €, 18,14 €, por tres días.