La madrugada de este sábado, día 24, al domingo, día 25, dormiremos una hora más: el reloj se retrasará una hora y a las 3 de la mañana volverán a ser las 2, con lo que se acaba el horario de verano y empezará el de invierno.
El cambio de hora y la vuelta al horario de invierno comenzó a generalizarse a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva europea desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.