Fernando Alonso debería cuestionarse el competir corriendo y no montado en el McLaren. El coche no solo es lento o machaca las gomas, es que sus prestaciones y fiabilidad es nula. Prueba de ello son los 12 motores que el piloto asturiano ha tenido que cambiar a lo largo de la temporada.
Ese número podría subir a 13 después de que este viernes, el segundo día de los libres para el Gran Premio de Brasil, en Interlagos, su monoplaza acabase echando humo antes de pararse y volver a dejar tirado al bicampeón del mundo.
El desastre McLaren se ha ratificado cuando el compañero de Alonso, Jenson Button, ha tenido que entrar en boxes después de que el coche haya masticado las gomas en apenas cuatro vueltas, cuando han caído cuatro gotas sobre el circuito.