Según ha difundido este jueves, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha programado para este año la realización de más de 120.000 pruebas de drogas en las carreteras de todo el Estado, lo que implicará un aumento de casi el 40% con respecto a las que se practicaron en 2015- en total casi 50.000 más-.
Hay que recordar que el año pasado estas pruebas se hicieron obligatorias aquellas personas que estuviesen implicadas en accidentes, aunque saliesen ilesas de los mismos o resultasen heridas leves- a los heridos que necesitan ser hospitalizados y a los que muertos en accidente, estas pruebas ya se le realizaban en el hospital- además de a todos los conductores que fuesen multados por exceso de velocidad, por circular sin el cinturón de seguridad o por no respetar las indicaciones de las vías o de los agentes de la Guardia Civil de Tráfico.
Tráfico recalca que a más del 39% de los conductores fallecidos en las carreteras el año pasado se les detectó en su organismo restos de drogas o alcohol, un porcentaje que era aún más alto cuando las víctimas de accidentes eran peatones que habían sido atropellados.