Los 37 niños, el más pequeño de 10 meses y el mayor de 18 años, y los ocho educadores que ayer fueron desalojados de la Aldeas Infantiles tras el incendio de Soutomaior que se extendió hasta San Martiño de Ventosela, en Redondela, podrían tener que pasar una noche más fuera de las instalaciones.
El foco principal del incendio sigue activo y, aunque las instalaciones no han sufrido ningún daño material, tendrán que esperar a la autorización de la Subdelegación del Gobierno para poder regresar a casa.
“El viento de ayer fue tremendo, lo que provocó la propagación de las llamas y el humo a gran velocidad. Por la tarde el humo empezó a hacerse cada vez más denso y antes de poner en riesgo a los niños, hacia las 19.00 horas, decidimos realizar la evacuación por nuestros propios medios, empleando nuestros vehículos y furgonetas”, cuenta Víctor Muñoz, director territorial de Aldeas Infantiles SOS Galicia.
Desde la Aldea se dirigieron al pabellón municipal de Redondela e iniciaron las gestiones con la Consellería de Benestar para buscar un lugar más cómodo que les permitiera pasar la noche: la Base General Morillo, de la Brilat, en Figueirido.
“Mientras esperábamos la confirmación de traslado, nos llevamos a los niños a comer unas hamburguesas y de ahí a la base, donde nos acogieron con los brazos abiertos. Los niños están encantados. De hecho, les han preparado en la base una serie de actividades para tenerlos entretenidos”, asegura Muñoz, que agradece “la rápida acogida y el buen trato recibido”.
Aldeas Infantiles SOS también agradece la colaboración de los vecinos de Ventosela, que ayudaron a que las llamas no avanzaran hacia la Aldea, y a los diferentes organismos y fuerzas del estado implicados.