14 de enero de 2016. Rosi salió de trabajar y fue directa al hospital Álvaro Cunqueiro, donde entró a las 06.25 horas de la mañana para ver a su madre, que estaba allí ingresada. Durante el trayecto en el pasillo principal entre las velas B y C se desploma. Nadie la atiende hasta pasdas las 07.00 horas, a pesar de que varias personas pasaron a su lado en ese tiempo.
Este miércoles, su viudo, Francisco Javier Barros, ha denunciado que nueve meses después siguen sin aclararse los datos del suceso y obstrucción en la investigación de los hechos.
Los datos preliminares aportados por el médico de urgencias apunta a un episodio cardiovascular como causa del fallecimiento, sin embargo este dato no se puede corroborar porque nueve meses después sigue sin recibir la autopsia de su mujer, cuando lo habitual son tres meses.
Además, Francisco Javier denuncia que las grabaciones de las cámaras de seguridad de la vela B “se han borrado cuando por ley se tiene que guardar el disco duro por estar sometido a investigación judicial” o que no se ha llamado a nadie a declarar. “¿Por qué se dice que la recogió personal del 061 cuando en las imágenes se ve que es personal del propio hospital? ¿Dónde estaba el responsable de las cámaras de seguridad en el momento de lo sucedido? ¿Por qué no avisó a nadie?”, se pregunta Francisco Javier.
El viudo denuncia además la “pasividad” de las administraciones públicas y “su falta de colaboración” para el esclarecimiento de los hechos y el “engaño y la mentira” del Conselleiro de Sanidade, Vázquez Almuiña, que “prometió que abriría una investigación exhaustiva y que se me darían todas las explicaciones de lo acontecido”.
También ha presentado una reclamación ante el Defensor del Pueblo de Galicia.