Se llaman Anbot y su función será en un principio muy similar a la de una cámara de seguridad, aunque con mayor movilidad, ya que puede moverse a 18 kilómetros por hora, y armado con un dispositivo capaz de soltar descargas eléctricas para reducir a potenciales enemigos.
Son guardias de seguridad robotizados y el aeropuerto de la ciudad china de Shenzhen, vecina a Hong Kong y una de las que tienen mayor tráfico aéreo en el país, ha sido el primero en poner a patrullar a estos robots en una de sus terminales, convirtiéndose en uno de los primeros lugares públicos en China en contar con estos guardianes automatizados.
De aspecto ovoidal y no demasiado humanoide, en la dispone de una pantalla digital y una cámara de alta definición capaz de tomar imágenes de los viajeros para ser analizadas. También es capaz de buscar explosivos, armas y drogas.
Este robot ha sido desarrollado por una universidad china ligada al Ejército en la ciudad central de Changsha, y también quiere ser utilizado como vigilante en escuelas y bancos.