Eutanasia no solamente para enfermos terminales o que sufren dolores insoportables, sino también para personas sanas que estén cansadas de vivir. Holanda quiere expandir el derecho a la asistencia al suicidio a todas las personas que sientan que su vida llegó a su fin “de acuerdo a unos criterios estrictos y cautos”.
Esto supondría una ampliación de la ley holandesa de eutanasia de 2002, aunque aún no se han especificado términos como los límites de edad ni cuándo se redactará el borrador de la nueva ley ni cuándo se someterá a votación.
Con esta nueva ley aparecería la figura de una especie de orientador con experiencia en medicina que evaluaría la solicitud de suicidio de cada paciente. El enfermo debería dejar constancia por escrito de su deseo de acabar con su vida y pasar varias entrevista, al menos una de ellas en persona sin familiares presentes.
La eutanasia no sería inmediata, sino que tendría que estar supervisada por un segundo experto.
Holanda registró el año pasado 5.516 casos de eutanasia, el 3,9% de los fallecimientos del país. De entre los pacientes que se acogieron a este derecho, más del 70% padecía cáncer y el 2,9% enfermedades psiquiátricas o demencia. La eutanasia también es legal en Bélgica y Luxemburgo.
