É a segunda vítima de hoxe nas estradas de Galicia
Leer másBP pide dos días para buscar una nueva solución a la fuga de petróleo
La colocación de la campana metálica de unos cuatro pisos de altura y 98 toneladas para frenar la fuga fue un fracaso: los hidratos de metano que se acumulan en la parte superior de la estructura dejan una película viscosa y altamente inflamable que impide colocar el enorme contenedor para redirigir el crudo. La responsable, la empresa británica BP, ha desplazado la estructura a un lado y tardará otros dos días en encontrar una alternativa.
Entre las soluciones, el posible uso de agua para calentar los hidratos del fondo marino o hidrocarburos como metanol para hacerlos menos espesos. Una vez colocada la campana se colocará una válvula para bombear el petróleo a un buque cisterna la próxima semana para capturar el 85 por ciento del crudo.
Además, la compañía, que se enfrenta a pérdidas multimillonarias con el vertido, estría perforando un pozo alternativo para detener la salida del combustible, pero esta iniciativa durará entre dos y tres meses. Mientras, el crudo sigue fluyendo libremente por el Golfo de México y ya ha afectado a las costas de cuatro estados norteamericanos.
Burbuja de gas
Según los supervivientes a la explosión de la plataforma, en la que murieron 11 trabajadores, el incidente se produjo por una burbuja de gas metano que llegó hasta el tubo de perforación. Para intentar que no se expanda se aprovechan los días de buen tiempo para hacer quemas controladas, unos 200 botes desplegaron casi 240 kilómetros de barreras flotantes protectoras y han usado cerca de un millón de litros de disolventes químicos para deshacer el espeso petróleo.