Las autoridades bolivianas han ordenado la detención de Gustavo Vargas, director general de la aerolínea LaMia, por la responsabilidad de la empresa en el accidente que causó 71 muertos en Colombia y en el que murió casi todo el equipo brasileño Chapecoense junto con acompañantes y periodistas.
Los fiscales han inspeccionado la sede de la compañía en Santa Cruz y confiscado documentos y ordenadores, además de recopilar información de las oficinas de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea de Bolivia y de la aerolínea en el aeropuerto de Viru Viru, desde donde despegó.
Junto a Vargas, exmilitar de la Fuerza Aérea Boliviana que entre 2001 y 2007 fue el piloto de varios presidentes de Bolivia, incluido Evo Morales, fueron detenidos una secretaria y un empleado técnico de la compañía. También se ampliará la investigación al copropietario de la empresa, Marco Rocha.
El otro titular de la compañía, Miguel Quiroga, era el piloto que volaba el martes y que, además de estar acusado de no haber previsto el abastecimiento de combustible necesario para el viaje, tenía abierto un procedimiento judicial con la Fuerza Aérea Boliviana.
La funcionaria de la Administración de Aeropuertos boliviana que expidió la salida del avión a pesar de que la autonomía del avión era demasiado ajustada para el trayecto, Celia Castedo, ha salido del país y pedido asilo político en Brasil.