Cuando se van a cumplir 10 años de la desaparición del niño Yéremi Vargas, la investigación ha dado un nuevo paso que parece decisivo. El compañero de celda de Antonio Ojeda, ‘El Rubio’, ha declarado ante el juez que éste le había confesado que mató al menor.
La confesión se habría hecho a este preso sombra después de conocer que le acababan de imponer 5 años de cárcel por abusar de otro niño. Según el testigo, Ojeda aseguró que era inocente de lo de los abusos y que, al preguntarle sobre Yéremi, le dijo que ese caso se “le fue de las manos, que el niño echó a correr, que intentó agarrarlo y se dio un golpe en la cabeza y se vio obligado a desaparecerlo”.
Al intentar que le dijera dónde había sucedido y dónde había enterrado el cuerpo del niño, Ojeda dejó de hablar del tema, según el preso.
Ojeda se convirtió hace meses en el principal sospechoso del posible homicidio del pequeño Vargas por una serie de indicios que lo sitúan en el mismo lugar donde se perdió su rastro el 10 de marzo de 2007 y por varios comentarios que había hecho en la prisión de Algeciras, alardeando de saber lo que pasó. Sin embargo, El Rubio nunca ha admitido hasta ahora ser el responsable de lo que le pasó al niño.