Es lo que revela el informe preliminar de la Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil): el avión de LaMia accidentado cerca de Medellín en el que murieron 71 personas, entre ellas la mayoría del equipo de fútbol brasileño Chapecoense, viajaba con el combustible justo y con exceso de peso.
Las grabaciones de la cabina de mando de la caja negra recogen una conversación entre el piloto y el copiloto sobre la posibilidad de hacer escala en Leticia o en Bogotá porque se encontraban al límite de combustible, aunque finalmente decidieron no hacerla e ir directos a Rionegro.
Las cajas negras del avión fueron examinadas en Londres por los fabricantes del aparato, por lo que el informe está basado en “evidencias”. Según la investigación, la autonomía del avión era de 4 horas y 22 minutos, exactamente el mismo tiempo de vuelo, cuando debería tener “una hora y 30 minutos más de combustible que el tiempo de vuelo de forma estándar”.
Además, el informe desvela que cuando el piloto pidió a la torre de control que le permitieran aterrizar, pese a que todavía no estaba en la aproximación a la pista, no informó de la gravedad de su situación ni de que ya se le han apagado dos de los cuatro motores.
Poco después, con un tercer motor ya apagado, se escucha en los audios divulgados cómo la torre le pregunta si necesita algún servicio adicional en tierra por una posible emergencia, y el piloto responde que no. Cuatro minutos antes del accidente se le apaga el cuarto motor y se produce el fallo eléctrico total, de la cual el piloto informa por un sistema primario, ya que el resto había quedado desconectado por la falta de energía.
En su última conversación, el piloto pide “vectores” mientras desciende sin autorización para aterrizar. La torre le pregunta entonces su altitud y le informa de que todavía está a 8,2 millas (unos 13,1 kilómetros) de la pista, pero el avión ya no responde y todo queda en silencio por el impacto del aparato, que se produce a unos 230 kilómetros por hora.
Además que el avión llevaba un peso mayor al permitido, unos 500 kilos de más, y volaba a una altitud para la cual no estaba autorizado.