Las autoridades rusas han decidido suspender todos los vuelos previstos con aviones Tupolev-154 hasta que no termine la investigación sobre las causas del accidente en el Mar Negro, en el que murieron las 92 personas que viajaban a bordo.
En este momento este tipo de aviones están funcionando de forma limitada, por lo que la suspensión no afectará demasiado al tráfico aéreo.
Las autoridades rusas descartaron desde un primer momento que se tratara de un atentado terrorista y apuntaban como primeras hipótesis del siniestro a un fallo mecánico o un error del piloto.
Este lunes se encontraba una de las cajas negras del avión, aparentemente en buen estado, a 1.600 metros de la costa y a 17 metros de profundidad. La segunda caja negra también fue localizada y será recuperada a lo largo de este martes.
Por el momento se han recuperado 13 cadáveres y cerca de 160 fragmentos de cuerpos.