Al menos, 11 niños han sido asesinados y otros cuatro sufren heridas de distinta consideración, a causa de la explosión de una bomba, este jueves, que fue detonada cuando pasaba un bus escolar al sudeste de Afganistán, en la provincia de Paktika.
Aunque hasta el momento nadie ha reivindicado esta masacre, la autoridades, a la vista de la manera de operar, señalan a los talibán como principales sospechosos.