Japón no se limitó a ocupar China durante la Segunda Guerra Mundial, también uso 3.000 de sus ciudadanos como conejillos de indias para realizar experimentos biológicos con el fin de perfeccionar armas de destrucción masiva.
Los hechos han sido presentados por el doctor Jin Chengmin, de la Academia de Ciencias Sociales de China quien señaló que dichas pruebas fueron llevadas a cabo por la Unidad 731, un grupo especializado del Ejército Imperial en la guerra bacteriológica. El doctor Chengmin no ha descubierto nada que ya no se conociese, pero sí ha dado numerosos detalles como nombres, fechas de nacimiento, ocupación, nivel académico e incluso ha mostrado fotos de varias de las 3.000 víctimas, un material que serán expuestas en un museo completando la información que se tiene de las atrocidades cometidas por el ejército nipón entre 1939 y 1945.