N.G.C., el operario de 54 años que perdió la vida este miércoles en las obras de ampliación de Rande, estaba trabajando en la colocación de una valla de protección, a una altura de unos 5 metros, “y sin arnés”, cuando se precipitó al vacío y murió tras golpearse la cabeza.
Así lo ha asegurado la Confederación Intersindical Galega (CIG), desde donde se ha indicado que este hombre, natural de Canarias, trabajaba para la empresa SYO, una firma subcontratada en la realización de las obras que se realizan en el puente, y que realizaba, precisamente, en ese momento una estructura de seguridad.
La CIG añade que, tal y como indican otros operarios, “que además eran compañeros del fallecido”, las condiciones en las que desenvuelven su trabajo “hacían prever que sucediese algo así, puesto que, a la falta de seguridad en la obra hay que sumar el exceso de jornada”.
“Cuando hay carga de trabajo hacemos hasta 12 horas seguidas, casi sin parar, incluso comiendo un bocadillo en la obra y listo, y trabajamos sábados, domingos y festivos, y todo por 7€ la hora…y si te niegas te mandan para casa”, indican desde la CIG, haciéndose eco de lo dicho por uno de estos operarios.