La campaña ‘Nosotras sí somos manada’ muestra, en la redes sociales, el apoyo a la joven que fue violada por los individuos que integran el grupo que se conoce como ‘La Manada’.
Estos sujetos basan su defensa en que las relaciones fueron consentidas y para intentar probarlo contrataron a una detective que tomó imágenes de la víctima para ‘demostrar’ que tras ser agredida sexualmente por estos cinco individuos hizo una ‘vida normal’.
El juicio contra los acusados de violar en grupo a la mujer en la madrugada del 7 de julio de 2016 se celebra estos días en el Palacio de Justicia de Pamplona.
¿Que intentemos rehacer nuestra vida significa que no sufrimos? La manada no son ellos, la verdadera manada somos nosotras. pic.twitter.com/rEzWJZe7aB
— LOLA (@BuzzFeedLola) November 15, 2017
José Ángel Prenda, también conocido como Joselito el gordo. Es el primero que contacta con la joven en la plaza del Castillo. Dentro del portal en el que se produjo la presunta violación penetró vaginalmente a la chica, a la que también habría obligado a lamerle el ano. El Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva lo condenó a dos años de cárcel en septiembre de 2011 por un delito de robo con fuerza cometido en 2009.
Ángel Boza Florido, el viaje a Pamplona fue “la prueba de fuego” para entrar en la Manada. Como al resto del grupo, se le detuvo tras el primer encierro de los Sanfermines del pasado año. Es un reincidente en el delito de conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas y en negarse a realizar dichas pruebas ante la autoridad. En total, suma condenas de prisión de nueve meses.
Alfonso Jesús Cabezuelo, Soldado de profesión. Antes de su detención trabajada en la Unidad Militar de Emergencia (UME) de Morón de la Frontera. En el portal de la calle Paulino Caballero de Pamplona habría penetrado vaginal y analmente a la joven que les denunció.
Jesús Escudero Domínguez, peluquero, y Antonio Manuel Guerrero, guardia civil. Cuando fue detenido se encontraba realizando las prácticas de la Benemérita en Pozoblanco (Córdoba). Era de su hermana el coche, un Fiat Bravo, en el que los cinco miembros de la Manada viajaron hasta Pamplona. Fue él quien, un mes antes de viajar a Pamplona, convocó al resto de miembros de la Manada -a excepción de Ángel Boza- para viajar a la localidad cordobesa de Torrecampo, donde se celebraban las fiestas patronales. Aquella noche, dentro de un coche, él, el militar, el peluquero y Prenda grabaron un vídeo mientras abusaban de una joven en aparente estado de semiinconscencia.
Los cinco se enfrentan a penas de 22 años y 10 meses de prisión por parte de la Fiscalía y mayores penas tanto por la demandante como por el Gobierno Foral y el Ayuntamiento de Pamplona por un delito continuado de agresión sexual, otro contra la intimidad y otro por robo con intimidación.