Ahora que tanto se llevan las rumbas, Los Chichos vuelven a los escenarios. Arrasaron en los años 70 y 80, cuando Juan Antonio, ‘El Jero’, y los hermanos González Gabarre fueron capaces de sintetizar el flamenco de El Pescaílla con la rumba de Peret para parir temas que hasta hoy en día seríamos capaces de volver a tararear sin que nos falle la memoria. Y esta noche demostrarán que lo suyo es subirse a un escenario en Vigo, la ciudad que los vio nacer profesionalmente. Será en la Sala Río (Avenida de Samil, s/n) a partir de las 22 horas y tienes tu entrada esperándote por 18 euros anticipada (en Elepé, Sala Río, Etnias o Tienda Tipo) o por 20 euros en taquilla.
Tras la salida del “del medio de Los Chichos”, el hijo de Emilio González, ‘Junior’, se sumó a un proyecto con el que han vendido 20 millones de copias de sus discos. Su carrera comenzó a principios de los 70. De etnia gitana, el cabecilla fue el propio Emilio, que cogió soltura ante el público en Salamanca, donde un familiar le consiguió actuaciones en las fiestas de los señoritos. Y empezó a ganar tanto dinero que su padre llegó a dudar de si su hijo delinquía.
Ya de nuevo en Madrid se le sumó su hermano Julio. Se iban haciendo conocidos tras cantar muchas noches en los clubes de moda mientras su representante recorría España sin carnet de conducir para conseguirles contratos. Y su primera gala profesional fue precisamente en Vigo, en la sala Nuevo Electra. Era un punto de partida muy importante, pero les exigían un miembro más en el grupo: así fue como entró Jero a formar parte, por “2.000 pelas si te vienes a tocar con nosotros los bongos a Vigo”.
En el viaje a la ciudad en un tren desvencijado Jero les enseñó algunas de sus composiciones y, tras el éxito en Vigo, se asentó en el grupo, llegando a ser el alma de Los Chichos con sus letras y su característica voz. Pioneros de la música fusión, las rencillas internas y las drogas ponen punto y final a años de historia con un doble album grabado en directo y con miles de seguidores con el corazón en un puño por no saber qué les iba a deparar el futuro.
En el 91 Junior sustituye a Jero, pero la calidad de resiente. Y Jero no consigue superar su debacle como cantante en solitario y acaba suicidándose en 1995. Pero ni todas estas vicisitudes consiguieron que dejaran de vender discos y de tener acólitos de fieles. Con la llegada del nuevo milenio comienzan a remontar con una imagen más elegante y algunos cambios en las canciones. Su último trabajo, ‘El amor deja sentencia’, y su discografía completa reeditada en cd no hacen más que reportarle éxitos. Y esta noche regresan a sus orígenes.