Ese es el alarmante dato extraído de un estudio elaborado entre el profesor Kim Seung-Kyu, de la Universidad Nacional de Incheon (Corea del Sur), y Greenpeace.
El estudio, que ha sido publicado en la revista científica ‘Environmental Science & Technolog’y‘, ha analizado 39 marcas de sal a nivel mundial, y muestra que la contaminación por plástico es mayor en la sal marina, seguida por la sal de lago y finalmente la sal de roca. Solo tres de las sales estudiadas no contenían partículas microplásticas en las muestras recogidas.
“Estudios recientes han encontrado plásticos en mariscos, vida silvestre, agua del grifo y ahora en la sal. Está claro que no hay escapatoria a esta crisis de los plásticos, especialmente a medida que continúa filtrándose en nuestras vías fluviales y océanos “, ha declarado Julio Barea responsable de campaña de Greenpeace España. “Necesitamos detener la contaminación plástica en su origen. Para la salud de las personas y nuestro entorno, es fundamental que las empresas reduzcan su dependencia de los plásticos desechables de inmediato“, ha añadido.
Suponiendo una ingesta de 10 gramos por día de sal (la Organización Mundial de la Salud-OMS recomienda 5 gramos al día), el consumidor adulto promedio podría ingerir allí aproximadamente 2.000 microplásticos cada año solo a través de la sal, según el estudio.
El año pasado, investigadores de la Universidad de Alicante publicaron un estudio de las sales producidas por salinas españolas y concluía que todas las sales estudiadas contienen plástico en diferentes concentraciones, que van de 60 a 280 micropartículas por kilo de sal, en su mayoría tereftalato de polietileno (PET 83,3 % del total), polipropileno (PP 6,7 %) y polietileno (PE 3,3 %).
Del resultado del informe -elaborado con salinas analizadas en Galicia, Huelva y Cádiz (en el Atlántico), Barcelona, Girona, Valencia, Murcia y Menorca (en el Mediterráneo) y La Palma y Lanzarote (en Canarias)– se desprende que, con una ingesta de sal de 5 gramos diarios (recomendación de la OMS, pero que es ampliamente rebasada también en España), una persona comería cada año 510 micropartículas plásticas en nuestro país, cantidad a la que habría que sumar cientos de otras micropartículas, procedentes de otros alimentos marinos.