Comercializaban la cocaína tras adulterarla con un producto que permitía aumentar la cantidad en un 20 por ciento sin que se notara en las pruebas de pureza. Tras un año de trabajo, la Policía Nacional ha detenido en Vilagarcía, Madrid, Valencia y Seseña a 29 miembros de una red de narcotraficantes que introdujo en España más de 1.500 kilos de cocaína y que tenía una compleja estructura que controlaba todo el proceso de preparación y distribución desde la entrada en España hasta su venta en pequeñas dosis.
Los suministradores, de Colombia, sacaban la cocaína por Venezuela y Ecuador camuflada en cargamentos de metal o plástico hasta el laboratorio, ubicado en una vivienda de Madrid y preparado para manipular la droga con productos químicos sin alertar a los vecinos. De ahí era llevada a un piso donde se prensaba de nuevo y se distribuía para la comercialización a pequeña escala o para suministrar en grandes cantidades a narcos gallegos. Además, disponían de pisos de seguridad en Madrid y Valencia donde almacenaban grandes sumas de dinero en efectivo y fardos de cocaína de menos de 100 kilos.
En los 40 registros realizados se intervinieron 8 armas de fuego, dos pistolas eléctricas, armas blancas, munición, 3 motos y 28 vehículos, algunos con sistemas electrohidráulicos que se podían activar para esconder la mercancía en determinadas zonas del coche en caso de ser parados por la policía.