Tiene 79 años, es francés, reside en la localidad de Limoges y creía estar cerca de su casa…aunque en realidad conducía por la N-120, a su paso por Monforte, en Lugo.
Agentes de la Guardia Civil prestaron ayuda a este hombre que el viernes pasado conducía su coche a más de 1.000 kilómetros de su casa, convencido de que estaba llegando a ella.
Los miembros de la Benemérita lo trasladaron a un hospital donde los médicos ordenaron su ingreso durante un día, antes de darle el alta, eso sí: prohibiéndole conducir.
Aunque los médicos insistían en que no podía ponerse al volante, el hombre no cejaba en su empeño en hacerlo por lo cual, tras localizar con muchas dificultades a su familia, los agentes lograron contactar con una servicio de grúa que llevase el coche hasta Limoges.