Antonio Albaladejo/Antonio Pampliega (Madrid, 1982), ha estado este miércoles en Vigo. Junto a la campeona de Europa de paratriatlón, Eva Moral, y el deportista gallego Víctor Tasende, ha participado en I Congreso de Valores, organizado por la ‘Fundación Lo Que Nos Mueve’, al que han acudido 500 jóvenes de la ciudad.
Desde 2008, Antonio Pampliega ha cubierto la información en zonas de conflicto en varios lugares del mundo. Ha sido uno de los primeros periodistas del planeta que entró en Siria en 2011, año de inicio de una guerra civil que dura más de 8 años.
Pampliega es el reportero que más veces ha entrado en aquel país: realizando una docena de viajes en los que ha informado, desde el terreno, sobre el indescriptible sufrimiento de la población civil.
Vigo al Minuto.-¿Qué significa hablar a estos chicos y chicas y contarles tu experiencia profesional y vital?
Antonio Pampliega.- Lo que realmente me mueve es transmitirles unos valores: dignidad y respeto por las personas….son chavales que vienen de casa con unas ideas preconcebidas y les da igual lo que pase más allá de Vigo y se dan cuenta de que tienen una realidad ante ellos que no conocían, porque les tratamos como a niños pequeños, cuando tienen 15, 16 y 17 años…y no puede ser así…
VAM.-…¿después de oírte tienen otra visión de la realidad?…
A.P.- …lo que más me gusta es que algunos después de la charla vienen y me dicen “gracias”…y yo me quedo extrañado y les pregunto “gracias por qué?” y me contestan “por abrirme los ojos”…¿qué estamos haciendo mal para que un chaval no sepa lo que está ocurriendo en Siria o que hay personas que están muriendo en el Mediterráneo?…son la gente del futuro y tenemos que abrirles los ojos para que sepan dónde vivimos.
“Tenemos que espabilar a estos chavales, tienen que saber qué está ocurriendo…que toda acción lleva aparejada una reacción”
VAM.- ¿Qué está pasando para que una parte grande de la juventud no esté interesada en estos temas o no le lleguen estos temas?
A.P.- No creo que no estén interesados o que no les llegue…creo que su entorno…sus familias, sus profesores, los sobreprotegen y no les dejan pensar…no puede ser así…tienen que saber qué está ocurriendo…tienen que saber que toda acción lleva aparejada una reacción…si España vende armas a arabia Saudi y estos las venden a Yemen un día vendrá un yemení y se reventará aquí…
VAM.-…¿y lo entienden?…
A.P.- …sí, sí…tienen que saber que lo que no puede ser es que la extrema derecha use discursos fascistas contra la inmigración y les venda algo que no es porque los jóvenes son esponjas, lo captan todo y lo que hay que tienes que hacer es coger el discurso de Vox decir: es este y yo te enseño otra cosa y tú eliges por ti mismo…nuestros jóvenes van a crecer, no serán siempre niños pequeños…yo quiero jóvenes adultos…tú vas a una zona de guerra y ves a un niño sirio que con 15 años es más adulto que todos estos juntos…500 chavales que han venido hoy…hay que espabilarlos…los padres deben de preguntarse por qué los subreprotegen.
“Lo que realmente me mueve es transmitir a estos chavales estos valores: dignidad y respeto por las personas”
VAM.- ¿Qué parte de culpa tenemos los medios de comunicación y los periodistas de que esta realidad no les llegue o no les interese?
A.P.- Los medios de comunicación tenemos gran parte de culpa…porque manejamos la información a nuestro antojo…puedo hablarte de una guerra en Siria…o puedo no hacerlo…
VAM.-…o en Yemen…
A.P.-…lo que pasa en Yemen que parece que no pasa nada…o en Siria en 2015…en 2015 tampoco pasaba nada en Siria…por eso tenemos gran parte de culpa, estamos para crear conciencias, para informar, no para entretener…creo que el discurso del medio de comunicación se ha perdido, ahora es más importante ver una nota curiosa en un informativo en la tele que lo que ocurre en Darfú, esto no puede ser, si la gente no sabe lo que está pasando no podemos exigir nada…como medios de comunicación tenemos que asumir que la hemos cagao…hace autocrítica, pero no la hacemos.
VAM.- ¿Solo quedan dos tipos de periodistas: los que estáis en los conflictos armados y los fotógrafos de National Geographic…esto es una exageración o es la realidad?
A.P.- (Risas) Dentro de unos años los que vamos a extinguirnos somos los que vamos a las zonas de guerra, como los dinosaurios, porque con las redes sociales, los móviles, nuestro trabajo ha perdido fuerza y ha perdido valor…me gustaría que dentro de 15 años hicieses esa misma pregunta a otro compañero que me haya reemplazado a mi…quien pierde no somos sólo los periodistas: pierde la sociedad.
“Sé quien soy…que tengo un programa y soy conocido porque me han secuestrado y me jode, porque he hecho muchas más cosas en mi vida que un secuestro”
VAM.- ¿A la hora de hablar con ellos como les has contado a estos chavales la experiencia de tu secuestro en Siria?
A.P.-Cuando me llaman a este tipo de encuentros y congresos yo sé quién soy por lo que me ha pasado, entonces la gente viene pensando que va a escuchar la historia del secuestro…y no…no, el secuestro fueron 299 días y punto…ya está…llevo 11 años cubriendo informaciones en zonas de guerra…eso es lo importante…y luego en el turno de preguntas de 11 preguntas que me han hecho sólo una ha sido sobre el secuestro…entiendo que les gusta lo que han oído y les haces pensar “quiero saber qué hay detrás de la historia de este tío”, pero entiendo que soy quién soy y lo que me ha pasado…
VAM.- …¿crees que es así? ¿de verdad?
A.P.-…sí, si, a día de hoy tengo un programa de televisión y soy conocido es porque me han secuestrado y comunico bien…
VAM.-…¿cómo si estar en una zona de guerra no fuese suficiente?
A.P.- …había estado una docena de veces en Siria y hasta entonces nadie me había dado una oportunidad…soy el periodista español, hasta aquel momento, que más crónicas había enviado sobre el terreno para agencias internacionales…y nadie me dio una oportunidad, ésta vino después de la entrevista de Risto en el ‘Chester’…la gente lo vio y les gustó…me dieron un programa…pero sé quién soy y tengo esto porque me han secuestrado…y me jode, me jode porque he hecho muchas cosas en mi vida, mucho más que un secuestro.
